Tu amor... es aroma / Zobeida
tu amor... es aroma
amada chela, quiero decirte que siempre me gustó tu cabello largo, canoso enrollado en ese moño alto que te hacía ver como una actriz de cine, tu manera de andar suavecita como si no pesaras, y tu forma de mover las manos, tan precisa
recuerdo tus uñas cortas de trabajo y esfuerzo limpiando mis amadas alcachofas:
te pregunto qué es y me dices el nombre, las propiedades que se le atribuyen, me cuentas que en tu chile se comen todos los días y son muy baratas y obediente no he dejado nunca de comerlas ni dárselas a mi familia
madrecita sabes que quise hablarte tantas veces que me sentí tan sola en este país donde siempre he estado extranjera y a mi manera me reconfortaba con el recuerdo de tu estoicismo, tan luchadora siempre, tan fuerte
siento en mi pecho el aroma del dulce de leche
que le vas a poner a esa torta milhojas, que no aprendí a hacer
mis recuerdos de ti están llenos de alimentos, siempre que te pienso estamos en la cocina, me hablas, como me gusta que me hables y me cuentes de tu chile, del mar, de los pescadores, las jaibas y mejillones
aquella tarde preparamos muchas conservas, que luego guardabas en un placard, preparada siempre para los inviernos de la vida, las enseñanzas siempre nos llegan de los actos, así aprendí a hacer conservas y a prepararme para mis propios inviernos
querida chela quería darte las gracias por todos esos regalos que me dejaste en el corazón, fuiste muy importante para mí, ahora con este tanto tiempo en medio puedo ver cuánto me parezco a ti, cuanto aprendí de ti
quiero decirte que he vuelto a hablar con nuestro príncipe, es tan bello chela y con lo poquito que hemos conversado puedo sentir el hermoso ser que lo habita, me imagino como te sientes de orgullosa por él
mi amor está intacto por ustedes, lleno de recuerdos vivos que enriquecen mis días
si la vida así lo quiere podré estrecharlos nuevamente en mis brazos y con todo mi corazón
le agradezco a la vida, haberte conocido, haberlos conocido y que me hayan hecho sentir amada y aceptada
amada chela, quiero decirte que siempre me gustó tu cabello largo, canoso enrollado en ese moño alto que te hacía ver como una actriz de cine, tu manera de andar suavecita como si no pesaras, y tu forma de mover las manos, tan precisa
recuerdo tus uñas cortas de trabajo y esfuerzo limpiando mis amadas alcachofas:
te pregunto qué es y me dices el nombre, las propiedades que se le atribuyen, me cuentas que en tu chile se comen todos los días y son muy baratas y obediente no he dejado nunca de comerlas ni dárselas a mi familia
madrecita sabes que quise hablarte tantas veces que me sentí tan sola en este país donde siempre he estado extranjera y a mi manera me reconfortaba con el recuerdo de tu estoicismo, tan luchadora siempre, tan fuerte
siento en mi pecho el aroma del dulce de leche
que le vas a poner a esa torta milhojas, que no aprendí a hacer
mis recuerdos de ti están llenos de alimentos, siempre que te pienso estamos en la cocina, me hablas, como me gusta que me hables y me cuentes de tu chile, del mar, de los pescadores, las jaibas y mejillones
aquella tarde preparamos muchas conservas, que luego guardabas en un placard, preparada siempre para los inviernos de la vida, las enseñanzas siempre nos llegan de los actos, así aprendí a hacer conservas y a prepararme para mis propios inviernos
querida chela quería darte las gracias por todos esos regalos que me dejaste en el corazón, fuiste muy importante para mí, ahora con este tanto tiempo en medio puedo ver cuánto me parezco a ti, cuanto aprendí de ti
quiero decirte que he vuelto a hablar con nuestro príncipe, es tan bello chela y con lo poquito que hemos conversado puedo sentir el hermoso ser que lo habita, me imagino como te sientes de orgullosa por él
mi amor está intacto por ustedes, lleno de recuerdos vivos que enriquecen mis días
si la vida así lo quiere podré estrecharlos nuevamente en mis brazos y con todo mi corazón
le agradezco a la vida, haberte conocido, haberlos conocido y que me hayan hecho sentir amada y aceptada
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